22 de enero de 2014

Mirame miro

Miradas cargadas de lascivia en estos lugares inapropiados. Me incomodan.
Te miro de refilón, y sé que pispeás mis calzas.
Te perdés en la curva de la camisa.
Y no te conozco. Y no entiendo.
Se comulgan el dolor y la indiferencia en estas paredes teñidas de blanco y vejez.
Escapo para fumar mi suerte, y la de nadie más. Y el calor, sofoca el poco oxígeno disponible.
Pienso en salir. Pienso en los minutos que me quedan para escaparme de gimoteos ajenos y patéticos.
Saturados de indescencia, amor y desolación.
La lírica cargosa se hace presente.
E intento sofocar la risa que me nace desde el pecho.
Basta, dejá de mirarme.
Se enturbia el sentido común.
Y nada le importa a nadie.
Los miro.
Incorrectos. Insignificantes. Carentes de estilo.
Llevan años sobre la espalda. Vida.
Y el reloj corre para atrás.
- A vos, que me mirás. Sí, a vos ¿Querés un café? ¿O lo sirvo a tus conocidos cuando te estén velando a vos? ¿A quién vas a mirar ahí?
Yo voy a mirarte.
Te miro.