24 de agosto de 2014

Zero one more time

Nunca debí haber emprendido el retorno aún sabiendo lo que eso conllevaba. Hoy me enfermo y maldigo lo que nos rige. Lo que nos sobredetermina. Me lleno de sal y una vez más parezco una viuda. Escucho afuera la tormenta después de herir susceptibilidades profundas empleando todo el egoísmo que soy capaz. Una vez y otra vez. Me desgarro la garganta en silencio cuando la lluvia cae emanando tormentos lamentando futuros enterrando ilusiones.
Ya no veo luces ni matices. El negro se cierne y sólo pienso en el futuro resignado. El negro me come la piel. Negro veneno.
Nada tiene sentido o vale la pena o simplemente debe suceder.
Ya no soporto esto. Y el desastre empieza a golpear.