19 de enero de 2015

Manos

Extraño unas manos de verdad
aunque jamás probé manos de plástico
o falta de manos.
Un tacto áspero, callos
por haberse lastimado
más de una vez
y más grandes y venosas
mapas de sangre
tal como me gustan a mí.
Unas manos cálidas
consuelo para mi piel,
(casi) siempre húmeda y fría
y de cicatrices camufladas
que vivieron y tocaron antes.
De nudillos hinchados
huesos grandes
golpes de tantas peleas ya
que en estos momentos se erotizan.
Manos de vida
manos que sujetan las caderas
y embisten con fuerza.
La clase de manos
que pendiendo de un abismo
no me solitarían jamás
por su abrazo de hierro
o me acolchonarían la caída
o me acariciarían los chichones
hasta que se desinflamen.
Manos de vida
manos de asfixia
manos de vos.