28 de enero de 2015

Nada pasó desapercibido.
Cuando quisimos ver realmente las cruces se congelaron
en la pared
en las luces.
No quedan más que ruidos
niños no hay
se gesta algo frío, algo horrible
y no puedo esconderlo dentro de un cajón.
Finalmente, los tiempos sobrevienen
y golpean huracanados las partes blandas
aquellas que una aún
no cubrió de costra
y aprendizaje.