5 de enero de 2014

Me pregunto si pensamos lo mismo, y si encontraste de algún modo el descanso y la paz

Y así los días pasan y cambian de colores las hojas y las baldosas de nuestro barrio
Sea aquel o allá o donde fuere que esté nuestro hogar
Las flores renuevan sus perfumes, para que las envidien nosotros y los que vienen después
Cortándolas de cuajo para adornar una taza en la cocina
El paso de Crono no conoce la piedad y nos priva de la misericordia
Cada vez que queremos atesorar un aliento a miel o el sabor de un beso que se da de prepo abajo de la lluvia
Todos los tintes se funden en los lugares que frecuentamos para recorrer el camino, vida
Vida que frágilmente se escurre en cada momento
Y es diáfana y frívola, para quienes ya sabemos más de la cuenta
La intención de volver, después de desterrarme de la Gracia
Soy la hija pródiga de mi propia historia
Y el Monstruo, ¿dónde está?
Se me obnuvilan los ojos, y me cuesta respirar
Voy a dormir un poco, a ver si se me pasa
Para luego perseguir ese auto, el ideal
Sé que nunca voy a alcanzarlo, pero ¿qué tal si?

Es volver al Todo

Nunca pasó y así se siente
El aleteo de la mariposa, el polen, el polvo
El polvo de estrellas
Y así se siente la pérdida y el impacto
De esa forma se encuentra en una caja y no descansa porque ya no siente
Es un frasco, es temporal
No puedo imaginarme profanando, como hago con tantos otros frascos
Su sonrisa me dice que no
Mi sonrisa en recuerdos de edades jóvenes y muertas, sol y lluvia
Está ahí, y ya es como cualquier otro, ojos y boca pegados con La Gotita
Pero no, su sonrisa lo hace distinto
Era simple familiaridad y hasta aprecio
Ambos me vuelven humana y vulnerable
Y ya no soy un Monstruo sino una persona monstruosa
La esencia de la humanidad siempre está y por eso me duele, por la incapacidad de desapegarme
Pablo, ya sos polvo de estrellas en el Todo
Nos vemos

Lince

Del quizás, me di cuenta en una joda. Uno jamás se da cuenta de cómo son las cosas realmente en los lugares apropiados; ¿me equivoco?
"Una vez que se agotaron las posibilidades las cosas en sí tienden a comprimirse. Creía que esto era imposible, cosas de película, teorías físicas casi imposibles de comprobar"
Y ella, o eso, me demostró todo lo contrario.
"¿Qué tal si vivimos del lado del agujero blanco?"
- El punto sin retorno - escuché dentro de mi cabeza. No era mi voz, pero aún así ya la conocía, la escucho desde que recuerdo. Intenté callarla mirando fijamente a la pared y viendo cómo rebotaba la estroboscopia en ella, mirando la pared y tomando un poco mas de whisky - todo se está dando a la vez y el colapso es inminente. Y lo sabés.
Miré para todos lados. La casa ya la conocía. No había mucha gente, o al menos yo los alejaba con mi cara de culo. Muchas luces y juegos de sombras chinescas. No entendía si los mosntruos que querían salirse de la pared los veía solamente yo, si las manos querían simplemente acariciarme, si alguien se desnudaba en esa pared para cantarme el "Feliz Cumpleaños" (no era la ocasión)
- Todo lo que dicen es cierto - me sonreía la voz -. Volteá a la derecha. Despacio, a ver si te mareás.
Las cuerdas formaban telarañas. Las cuerdas las veía yo. Las cuerdas existen.
Traté de darme vuelta, despacio, para no marearme aún más.
Me sentía estúpido pero eso no quitaba que me sintiese cómodo en mi burbuja. Me gustaba el sabor amargo que la decadencia dejaba en mi boca.
Me apoyé contra la pared e inmediatamente la vi, supe que ella era la dueña de la voz.
- Sí; soy yo, la que habla dentro de tu cabeza. Hola.
Me sorprendió verla porque pensé que no era algo real, alguien que pudiese existir de hecho.
Esos tacos negros los lucía más que bien.
Me miraba fijamente, petrificada y bamboleándose en ese vestido ceñido, burlándose de mí detrás de esa máscara, lo sabía.
- ¿Y?
Comenzó a caminar acariciando las paredes, mostrándose tan anestesiada como yo.
"Somos polvo de estrellas"
La seguía bastante bien aunque me costase mucho enfocar la mirada. Me caí una o dos veces, pero seguía fiel a su ruta, a sus pasos, la música ya no era música sino un ruido retumbante y molesto a lo lejos, abajo, y las luces estorbaban, puedo ver en la oscuridad, no podía ni quería ver quiénes estaban en el suelo a punto de abrir la puerta para adentrarse a la inconciencia.
Nos encontrábamos todos perdidos.
No era el quemar las flores de la vida y así rendirle culto al sagrado Jabalí.
Tampoco valía la pena un viaje de ácido ni rolas ni el pegamento, ni probarlo ni imaginarlo.
Sólo se saboreaban las ansias de una total destrucción y cambio. El proceso de metamorfosis y las diferentes decisiones probables que estaban dándose todas al unísono detrás de cada uno de los espejos. Perdidos
"Para encontrar algo en un determinado lugar necesitamos coordenadas. No alcanzan las espaciales (x, y, z) sino que necesitamos saber en qué punto del tiempo (espacio-tiempo) exactamente se encuentra eso que está perdido. Ups"
- ¿En qué te quedaste colgado? Dale, vení.
"El aleteo de una polilla que se escapa del placard en La Polinesia puede causar una catástrofe en la Argentina"
Alcé la vista, y me estaba mirando. Hacía gestos con la mano, y la seguí siguiendo. Uno, dos, tres, cuatro. Uno dos tres cuatro. Unodostrescuatro.
Auch, me caí otra vez.
El tiempo era cuasi eterno, eterno y efímero. Paso tras paso. Las luces se esfumaban ya en el piso de arriba, y desde abajo escuchaba sonidos deformes y desconectados, parecían venir desde el Infierno. Eso es lo que me gustaba creer.
Raramente no había nadie en ese pasillito. Ella me abrió una puerta y se metió a una habitación. Yo la seguí y cerré la puerta con llave. Nadie podía interrumpirme en ese momento. Ella estaba parada, me medía. Se tocaba el pelo, largo y oscuro, y luego se sentó en la silla contigua al escritorio. Yo, me senté en la cama y dejé mi vaso en el piso.
- ¿Así que vos sos la voz en mi cabeza?
- Desde hace veinte años, así es.
- Sacate esa careta, por Dios. Es hasta ridículo que la uses, más ahora, estando frente a frente.
- ¿Por qué? Es linda. Además, me gusta meterle intriga a las cosas ¿O acaso te da miedo?
(No estaba equivocada)
Su voz sonaba musical y raspada pero bien clara, fonema por fonema; tenía muy en claro que su boca no se movía en ningún momento, detrás de esa máscara que me perturbaba hasta los huesos.
Esa cara de lince me miraba más que la persona detrás de ella. Lo sabía.
- Ya no sé en que mundo estoy viviendo... las cuerdas...
- Son infinitas. Te noto tan, tan perdido... mirá que te sigo desde siempre.
- No lo entiendo ¿quién sos? ¿qué sos?
- Yo siempre te anduve ayudando. Pensá lo que vos quieras; pero siempre te dije cómo manejarte en cada dimensión. Cómo vivir y burlar al tiempo. Yo puedo darte inmortalidad. Yo, puedo viajar en el tiempo. Y vos también. Podés ver las cuerdas, y las burbujas Nivel II, y conocés los secretos del magnetismo... ¿por qué aún estás tan perdido?
- Porque me gusta acá. No es como en otros lugares; sí, vi el Todo. Por eso no tengo fe, porque se que existe. De quererlo, yo también viajaría por el tiempo y sería inmortal, ¿te creés que no la sé esa?
Pasa que acá, los vicios...
- Te pudren la cabeza, los vicios. Aunque lo admito, tienen su sabor...
- Amargo. Pero a mi me encanta.
- Vení conmigo. Podés estar mejor. Podés dejar de estar perdido.
- No quiero encontrarme. Siempre supe la verdad. LA VERDAD ¿De qué me sirvió? Mi universo favorito, la vida que yo elegí acá está podrida. Está todo mal. Todos vivimos anestesiados, bamboleándonos, quemando consumiendo tomando, es algo que nunca para. A los veinte somos eternos y después el cuerpo no nos aguanta. Esta vida es hermosa y es la que elijo yo. No quiero tu vivir para siempre, tus saltos dimensionales ¿de qué me sirve no volver a la energía universal? Somos polvo de estrellas, aún no usando nuestros talentos.
Se quedó mirándome fijamente, pensando. Se encogió de hombros y se levantó de la silla de un brinco, dando tres pasos y quedándose frente a mi. Su cintura estaba delante de mi rostro, y sólo pensaba en morderla. Pero no.
- Probá salirte de este lado. Hay un lugar...
- ¿El túnel de la oruga? No gracias. Sé que de ahí no se sale.
- ¿Y de donde viene el agujero negro?
- Realmente estamos del otro lado ¿no?
- Obvio. Sino, nada tendría sentido. Brillás demasiado, me gusta cuidarte. No seas estúpido. Sos mi cuásar.
- Quedate vos de este lado. Y vemos que pasa.
- No puedo hacer eso.
- Mirá, ya sé que hay eternidades... pero mirá, en esa pared hay un espejo ¿Serán las cosas mejor ahí? De última volvemos... pero sigue siendo el mundo viciado y podrido que amo y en el que quiero vivir.
- No lo sé. Creo que no hay caso. Yo no voy a quedarme acá. Pero eso no quita que siga dentro de tu cabeza. Algún día voy a volver a buscarte... y sino, ya sabés. Están siempre los espejos.
Me dijo eso, y escuché y vi. Se sacó la máscara de lince, sostenida en la mano derecha. Me dio un beso en la coronilla y volvió a ponérsela. No quise alzar la vista, sabía que eventualmente iba a conocerla mejor.
- Supongo que por ahora es todo.
- Supongo que sí
- Nos vemos
Se metió dentro del espejo y desapareció.
"Del lado del agujero blanco"
Me espabilé un poco, y decidí.
Nunca supe bien en que mundo vivía. Pero no por eso voy a dejar de explorar. A los veinte, somos eternos. Pero la primavera dura poco.
Me metí dentro del espejo, esperando volverla a ver.