26 de marzo de 2014

Porcelana y Nitroglicerina

Es cansador ser un envase nomás, aún en períodos de iluminación prematura, para alcanzar la resurrección del espíritu primero debe llevarse a cabo el desastre. Sólo debajo del fondo podemos resucitar. Es ilusorio plantear vínculos amistosos cuando hay deseo de por medio, cuando hay amor, cuando la locura enciende la chispa de ese cóctel inflamable.
Esta clase de porquerías son las que resultan ser los disparadores de las peores catástrofes para la psiquis. Más aún si hay tanta fragilidad de por medio.
Adornos. Huecos. Un envase de porcelana. Lleno de dinamita. Y bañado en nitroglicerina.
Soy una de las tantas hijas del rigor. Víctima de los años noventa y de la enfermedad del nuevo milenio. Me declaro culpable de matar a la esperanza, y tratar de automatizar mi espíritu.
Los cambios son duros de llevarse a cabo. Y simplemente vienen los altibajos. Como en este preciso momento.

(Everybody knows that a broken heart is blind)