23 de marzo de 2014

Una se abrió, una se cerró, ¿a quién carajo le importa?

Hoy el Cielo se puso sus mejores diamantes, y la Luna se intercala por entre las hojas, guardas de lo natural, vestidos de gala, noches de nervios y muerte.
Se maman se quejan se ríen se besan. Copias de copias de copias de noches y días y madrugadas llenas de violencia sin pausa, irrefrenables, ínfimas, pasan danzan se chocan se vuelven fotones y aparecen acá como allá, nadie sabe si el gato está vivo o muerto o si es un zombie encerrado en una puta caja. Todo se da al unísono.
Las peleas y las discusiones las tensiones y el odiar por un rato (largo o no) a quienes solés amar todos los días. Amén.
Películas en pausa y sostenimientos innecesarios. La imaginación toma el mando y ya no sabés qué es lo que es real, cuando te das cuenta de que nada te contamina la sangre y que te encaminás hacia... ¿Adónde iba? ¿Me encontrás?
Sólo
es
cuestión
de
perder
y que todos caigan en la misma bolsa. O en la misma caja. Así puedo matarlos.
Sos un hermoso envase. No vales mas que eso.
Y
mis
castillos de arena
se los come la marea negra
triste
y voraz.

Tocar fondo.