5 de julio de 2014

Y jamás dijimos.

Corrimos detrás del Ideal, mi amor. Buscamos una caricia en una caja de zapatos, y encontramos gritos y ecos encerrados en un caracol que tu hermana te regaló dos días antes de irse a comprar cigarrillos para nunca más volver.
Corrimos para burlar el reloj. Actuando de mimos. Siempre decíamos que mejor que hablar era hacer. Y cómo hacíamos. Podíamos darnos el lujo de ser jóvenes y creer que nuestra piel iba a permanecer sin manchas por siempre y para siempre.
Corrimos huyendo de mamá y papá y de tu ex y  del vecino que te amenazó por pelarle sus rosales para dármelos a mí y del perro que casi nos come los tobillos. Jamás llegamos a ningún hogar. No podíamos anclar ilusiones a lugares prestados.
Y de tanto correr, el Amor se fue, y jamás nos lo dijimos.
Supongo que decir pesa mucho más de lo que creí.
Y tenés el lugar privilegiado en mi cementerio de recuerdos.
Si fuese posible correría a tu encuentro como vos a mí. Pero estamos ya demasiado viejos. Y sin amor.
Dejemos que los jóvenes corran, pero siempre juntos. Ahí está la magia.