16 de octubre de 2014

Un dicho laboral

Son trastornos. Y
secretos.
Todos y cada
uno.
Se recuerdan con miradas
llenas de arrugas
que denotan juventud y sexo
cuando años mozos.
Todo en charlas y caricias
posturas que se dan
en un velatorio a cajón
abierto.
Lucen sus cueros y sus trajes.
Apagan aún más vida con las palabras
a pronunciar.
Se miran con lascivia y con dolor
y yo "¿algo fresco?"

Sensible más de la cuenta.
No cumple con la norma del giroscopio
no ve alternativas ni colores ni abstracciones
se quedó ciega cuando la bocina sonó.
Pareciera que todo se confabula
no en una resurrección sana
sino en volverse títere vudú
nada es suficiente
ni aún volviéndose un zombi.
La Melancolía es mi nuevo Monstruo.

Pierdo

Enciendo
deseos.
Inciensos
salados.
Incendio
sueños.
Pienso
ayudada por fuegos
-de mil colores-

                            Vivo
mi propio Infierno.
Invierno
que despoja la vida
y amarra nostalgias
melancolías
                   bitácoras perdidas.
Cierro
mi vida.