12 de diciembre de 2014

Acá hay lugar para un forever
siempre.
Somos sólo yo
y mi incompetencia
y mi miseria
y todos mis monstruos
que no hubiesen lastimado a una mosca
antes de ser mosntruos
antes de creer.
Acá hay lugar para los venenos
y la desolación insolente
que jamás me deja de lado
y por desgracia no se olvida de mí.
No hay excusas para nada en absoluto
ni justificaciones para los perros que flotan aún
destino la Luna.
Se olvidaron de mis monstruos
de eso que quedaba de mí.
Me olvidé de mí
y ya nada importa
aunque jamás deje de doler.