12 de agosto de 2015

Sin embargo

Me enamoré. Sí, me enamoré. Perdida y salvajemente.
No creí que fuese algo malo a pesar de las circunstancias; creí que podía haber
alternativa.
Sin embargo la censura. Sin embargo la enfermedad.
Sin embargo.
Mi sonrisa se volvió suya
(fue artífice y es dueño de los días más felices de mi vida
congelados en formatos digitales)
su compañía fue mi cotidianeidad
pretensión de sostener en el tiempo
de burlar a la soledad.
"Porque no es justo haber encontrado a alguien que valga la pena y seguir estando solo"
Sin embargo la enfermedad
que todo lo arruinó
que consumió
que me dejé arruinar
porque mi cuerpo es un templo profanado
que se muere de frío
y reclama su piel
(porque sus caricias y abrazos son únicos, y el sabor de sus lágrimas también)
y ya mi cuerpo no es el mismo después de su tacto.
Mi cuerpo ya no es
yo ya no soy del todo yo.
Sin embargo
sigo siendo
rota
inigualable.
Me queda el recuerdo
sin formato.
Me queda lo que aprendí
sin aplicarlo.
Me queda todo lo bello que fue por un instante
el hecho de haber sido protagonista de mi vida.
No me gusta el adiós porque
creí que la película iba a durar más. Mucho más.
No tengo perdón
(mi perdón)
y hasta que mis ojos se sequen
(me había olvidado que se quedaron en tu pecho)
no resta más que
seguir.
Sin embargo