1 de noviembre de 2013

Mano a mano

Nuestras violaciones hacia la dignidad constituyen un patrón ya cotidiano, haciendo imposible el hecho de denunciarlo o simplemente, hacer algo.
Es una lucha un nerviosismo, caretas por todos lados.
Ah, también máscaras y vestidos de quince profanados.
Ya no es necesario ver la sangre para saber si es verdad.
Porque nos conformamos con piropos efímeros y heridas a medio curar.
Quizás endulzarnos la piel funcione, para más adelante, para creer que tenemos futuro.
Futuro.
Si todo yace en el Valle de La Perdición
Yo no temeré pues Él me acompaña a través de las Sombras
Él
¿Dónde estás Dios?
¿Las ovejas perdidas y mutiladas ya no merecemos amor?
Maldigo y vomito y maldigo y salgo triunfante.
Pues aún sin Tu amor o el de cualquiera, yo debo seguir.
Debo seguir.
Violando a la dignidad o simplemente olvidando que soy una mujer para volverme La Bestia.
Debo seguir.

1 comentario:

  1. Queremos ver mas fotos con la ballgag puesta, hablo por todos creo jajajaja

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