Extraño unas manos de verdad
aunque jamás probé manos de plástico
o falta de manos.
Un tacto áspero, callos
por haberse lastimado
más de una vez
y más grandes y venosas
mapas de sangre
tal como me gustan a mí.
Unas manos cálidas
consuelo para mi piel,
(casi) siempre húmeda y fría
y de cicatrices camufladas
que vivieron y tocaron antes.
De nudillos hinchados
huesos grandes
golpes de tantas peleas ya
que en estos momentos se erotizan.
Manos de vida
manos que sujetan las caderas
y embisten con fuerza.
La clase de manos
que pendiendo de un abismo
no me solitarían jamás
por su abrazo de hierro
o me acolchonarían la caída
o me acariciarían los chichones
hasta que se desinflamen.
Manos de vida
manos de asfixia
manos de vos.
19 de enero de 2015
Manos
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Manos limpias
ResponderEliminarManos sucias
Limpias de pecado
Sucias de trabajo
Como la letra del tango cara sucia,
Cara sucia, cara sucia, cara sucia,
te has venido con la cara sin lavar,
esa cara tan bonita y picarona
que refleja una pasión angelical.
Si tu cara fuera espejo de tu alma
siempre sucia la debías de llevar
y mis labios tuvieron que ser la fuente
donde tu cara se tendría que lavar.
Andá a lavarte la cara
en la fuente del amor
y que el brillo de tus ojos
igualen siempre a tus labios rojos.
Andá a lavarte la cara
que deslumbra como el sol.
Y hasta el mismo San Antonio pecaría,
cara sucia, cara sucia,
confesándote su amor.
Por tu audacia y tu figura de pillete,
por tu modo coquetón de caminar,
por tu raza de traviesa pispireta,
por tu modo malicioso de mirar,
por tu rubia ensortijada cabellera,
por tu modo encantador de conversar,
es motivo para que todos los mozos
"cara sucia", te critiquen al pasar.